Since
1974 studies have shown that cannabis has anti-tumor effects. The
results of the 1974 study, reported in an Aug. 18, 1974, Washington Post
newspaper feature, were that cannabis's component, THC, "slowed the
growth of lung cancers, breast cancers and a virus-induced leukemia in
laboratory mice, and prolonged their lives by as much as 36 percent."
In 1975 an article in the Journal of the National cancer institute
titled "Antineoplastic Activity of Cannabinoids," they reported that
"Lewis lung adenocarcinoma growth was retarded by the oral
administration of tetrahydrocannabinol (THC) and cannabinol (CBD). Mice
treated for 20 consecutive days with THC and CBD had reduced primary
tumor size."
In 1998, a research team at Madrid's Complutense
University Led by Dr. Manuel Guzman discovered that THC can selectively
induce programmed cell death in brain tumor cells without negatively
impacting surrounding healthy cells. They reported in the March 2002
issue of "Nature Medicine" they had destroyed incurable brain cancer
tumors in rats by injecting them with THC. And in 2007 even Harvard
Researchers found that compounds in cannabis cut the growth of lung
cancer. There is also an organization called The SETH Group that showed
compounds in cannabis can stop the growth of human glioblastoma
multiforma (GBM) brain cancer cells. The SETH Group says "No
chemotherapy can match this nontoxic anti-cancer action." Even last year
in 2012 a pair of scientists at California Pacific Medical Center in
San Francisco found THC stops metastasis in many kinds of aggressive
cancer.
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http://www.cureyourowncancer.org/linc...
Article relacionat:
Nada en esta vida es completamente cierto, de la misma forma que
nada es completamente falso. Todo tiene sus matices, y es muy importante
ser plenamente consciente sobre el punto de vista desde el que se
analiza la realidad.
El uso de cannabinoides como agentes
antitumorales es, muy probablemente, el asunto que mayor confrontación
de opiniones haya causado en el campo de las aplicaciones terapéuticas
del cannabis en los últimos dos o tres años.
- Las dos caras de la moneda
Nadie, a día de hoy, puede afirmar que el cannabis sea la
solución contra el cáncer, de la misma forma que nadie con un mínimo de
interés en documentarse puede afirmar que los cannabinoides no posean un
potencial antitumoral envidiable. Así, tenemos dos grupos de opinión.
Por un lado están los activistas cannábicos más radicales que utilizan los casos esporádicos de personas que
afirman
haberse curado de cáncer usando cannabinoides para extrapolar estos
resultados a cualquier tipo de cáncer en cualquier tipo de paciente.
Su actitud tan radical no hace sino restar credibilidad a los
resultados obtenidos por métodos científicos. No podemos afirmar que los
cannabinoides sean buenas herramientas antitumorales en humanos hasta
que no se realicen estudios controlados. Y eso a día de hoy es algo para
lo que todavía faltan bastantes años. Se esbozan estudios con Sativex y
temozolamida en glioblastoma multiforme, pero queda un largo camino por
recorrer para que estudios controlados con cannabinoides como
antitumorales en humanos estén a la orden del día de una forma
generalizada.
Por otro lado, tenemos a los prohibicionistas más clásicos, que
nunca reconocerán la posibilidad de que la utilización de formas “no farmacéuticas” pueda llegar a tener un efecto antitumoral.
Este grupo se aferra al “todavía no existen estudios”, como si solo
cuando existan estos estudios los cannabinoides “obtuviesen” su poder
antitumoral en humanos. Este grupo tiene razón, en parte. No existen
estudios en humanos, pero sí existen casos bien documentados de
pacientes en los que un tratamiento con preparados artesanales que
contenía una elevada concentración de cannabinoides coincidió con una
regresión tumoral. ¿Coincidencia? Los estudios en líneas celulares
tumorales y en ratones (estos sí existen) apuntan a que muy
probablemente los cannabinoides sí que hayan desempeñado un papel
antitumoral importante en estos casos. Ahora bien, el elevado número de
circunstancias personales que rodean a cada uno de estos casos hace
imposible demostrar que fueran los cannabinoides los únicos agentes
implicados en estas regresiones tumorales.
Entre otras muchas circunstancias, tenemos las regresiones tumorales
espontáneas, la interacción de otras terapéuticas antitumorales e
incluso el propio deseo del paciente de curarse, que son elementos que
pueden haber tenido un papel fundamental en estos casos.
Extraído del número #210 de la revista Cáñamo