dimecres, 5 d’agost del 2015

2015


(Angles) How Cannabis oil Kills Cancer (SEE more at cureyourowncancer.org)



Publicado el 24 jul. 2012
Since 1974 studies have shown that cannabis has anti-tumor effects. The results of the 1974 study, reported in an Aug. 18, 1974, Washington Post newspaper feature, were that cannabis's component, THC, "slowed the growth of lung cancers, breast cancers and a virus-induced leukemia in laboratory mice, and prolonged their lives by as much as 36 percent." In 1975 an article in the Journal of the National cancer institute titled "Antineoplastic Activity of Cannabinoids," they reported that "Lewis lung adenocarcinoma growth was retarded by the oral administration of tetrahydrocannabinol (THC) and cannabinol (CBD). Mice treated for 20 consecutive days with THC and CBD had reduced primary tumor size."
In 1998, a research team at Madrid's Complutense University Led by Dr. Manuel Guzman discovered that THC can selectively induce programmed cell death in brain tumor cells without negatively impacting surrounding healthy cells. They reported in the March 2002 issue of "Nature Medicine" they had destroyed incurable brain cancer tumors in rats by injecting them with THC. And in 2007 even Harvard Researchers found that compounds in cannabis cut the growth of lung cancer. There is also an organization called The SETH Group that showed compounds in cannabis can stop the growth of human glioblastoma multiforma (GBM) brain cancer cells. The SETH Group says "No chemotherapy can match this nontoxic anti-cancer action." Even last year in 2012 a pair of scientists at California Pacific Medical Center in San Francisco found THC stops metastasis in many kinds of aggressive cancer.

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Nada en esta vida es completamente cierto, de la misma forma que nada es completamente falso. Todo tiene sus matices, y es muy importante ser plenamente consciente sobre el punto de vista desde el que se analiza la realidad. 
El uso de cannabinoides como agentes antitumorales es, muy probablemente, el asunto que mayor confrontación de opiniones haya causado en el campo de las aplicaciones terapéuticas del cannabis en los últimos dos o tres años.
  • Las dos caras de la moneda 
Nadie, a día de hoy, puede afirmar que el cannabis sea la solución contra el cáncer, de la misma forma que nadie con un mínimo de interés en documentarse puede afirmar que los cannabinoides no posean un potencial antitumoral envidiable. Así, tenemos dos grupos de opinión.
Por un lado están los activistas cannábicos más radicales que utilizan los casos esporádicos de personas que afirman haberse curado de cáncer usando cannabinoides para extrapolar estos resultados a cualquier tipo de cáncer en cualquier tipo de paciente. Su actitud tan radical no hace sino restar credibilidad a los resultados obtenidos por métodos científicos. No podemos afirmar que los cannabinoides sean buenas herramientas antitumorales en humanos hasta que no se realicen estudios controlados. Y eso a día de hoy es algo para lo que todavía faltan bastantes años. Se esbozan estudios con Sativex y temozolamida en glioblastoma multiforme, pero queda un largo camino por recorrer para que estudios controlados con cannabinoides como antitumorales en humanos estén a la orden del día de una forma generalizada.
Por otro lado, tenemos a los prohibicionistas más clásicos, que nunca reconocerán la posibilidad de que la utilización de formas “no farmacéuticas” pueda llegar a tener un efecto antitumoral. Este grupo se aferra al “todavía no existen estudios”, como si solo cuando existan estos estudios los cannabinoides “obtuviesen” su poder antitumoral en humanos. Este grupo tiene razón, en parte. No existen estudios en humanos, pero sí existen casos bien documentados de pacientes en los que un tratamiento con preparados artesanales que contenía una elevada concentración de cannabinoides coincidió con una regresión tumoral. ¿Coincidencia? Los estudios en líneas celulares tumorales y en ratones (estos sí existen) apuntan a que muy probablemente los cannabinoides sí que hayan desempeñado un papel antitumoral importante en estos casos. Ahora bien, el elevado número de circunstancias personales que rodean a cada uno de estos casos hace imposible demostrar que fueran los cannabinoides los únicos agentes implicados en estas regresiones tumorales.
Entre otras muchas circunstancias, tenemos las regresiones tumorales espontáneas, la interacción de otras terapéuticas antitumorales e incluso el propio deseo del paciente de curarse, que son elementos que pueden haber tenido un papel fundamental en estos casos.

Extraído del número #210 de la revista Cáñamo